El Karate de la JKA
Originalmente, el arte marcial Te (en japonés significa mano) se desarrolló en Okinawa como un sistema de defensa personal. Debido al contacto e intercambio comercial y cultural con China, es un hecho que este arte marcial fue influenciado por el kempo chino en algún momento de su desarrollo. Sin embargo, no es claro cuándo surgió el arte Kara-Te en Okinawa. Se cree que comenzó a desarrollarse hace unos 500 años, cuando las autoridades de la época, luego de décadas de violencia, emitieron un decreto que prohibió el uso de armas en la isla.
Se cree que este ambiente socio cultural fue propicio para el desarrollo del Karate como forma de defensa personal sin armas.
En 1868 nació en Okinawan el maestro Funakoshi Gichin. El dedicó su vida a la promoción de este arte marcial y lo introdujo en Japón. En 1949 sus seguidores fundaron una asociación para la promoción del Karate, la llamaron Nihon Karate Kyokay (Asociación Japonesa de Karate). Ese fue el comienzo de la JKA.
Uno de los principios fundamentales del Karate es que es un arte marcial de defensa personal. La frase Karate ni sente nashi , que en japonés significa que en Karate no existe el primer ataque, fue transmitida por el maestro Gichin Funakoshi a sus alumnos.
La primera interpretación, y también la más simplista, puede ser que un karateka no puede atacar primero. Sin embargo en Karate no hay solamente técnicas defensivas sino también de ataque que pueden ser ejecutadas individualmente. El contragolpe como defensa (zen no zen) puede ser interpretado como una estrategia defensiva que utiliza un ataque para contrarrestar un ataque previo. Lo esencial no es saber quién lanza el primer golpe sino la actitud del karateka frente a un enfrentamiento con otras personas.
De esta forma, el Karate promueve el auto control de las emociones, pues para poder defenderse de forma efectiva, un karateka debe mantener controladas sus emociones y permanecer en calma en todo momento. Este auto control, si bien es fundamental en un eventual combate, también es sumamente útil para la vida. Todos tenemos problemas en la vida cotidiana, mantener la calma y una actitud positiva es el primer paso para poder enfrentarlos y superarlos.
En definitiva, Karate se enseña como un sistema de técnicas de combate pero es mucho más que eso. Si además de dichas técnicas consideramos los principios propios de la cultura japonesa (la cortesía, el respeto, la perseverancia, entre otras), el Karate nos ayuda en todos los aspectos de la vida y termina siendo una parte fundamental de la formación integral de la persona que lo practica.
La práctica de Karate
Las clases de Karate se desarrollan en el Dojo y está a cargo de un profesor o Sensei.
Lo primero que se hace al comienzo de cada clase es la preparación espiritual. Para ello todos los practicantes se forman en posición Seiza y realizan Mokuzo (meditación) durante unos minutos. El objetivo es dejar de lado los problemas y preocupaciones del día para disponerse a practicar.
Antes de comenzar la clase de Karate propiamente dicha, se continua con la preparación del cuerpo para el ejercicio físico. Esto incluye la realización de ejercicios de calentamiento y elongación adecuados.
Luego se desarrolla la clase, que en general es una combinación de Kihon (técnicas básicas), Kata (formas) y Kumite (combate) que el Sensei define de acuerdo al nivel y necesidades de los practicantes.
Al final de cada clase también se realiza una sesión de Mokuzo y luego se recita el Dojo-kun.
Es muy importante mencionar que no hay edad ni género para la práctica de Karate. Hombres y mujeres de todas las edades pueden practicarlo. Por supuesto, los ejercicios que puede hacer cada uno, dependiendo de su edad, son distintos, pero no hay impedimento alguno para la práctica. Karate es para toda la vida.
Dojokun
Los maestros de la JKA desarrollaron cinco preceptos que todos los practicantes de Karate deben memorizar. Los mismos son repetidos al final de cada clase en posición seiza. Esto recuerda a los practicantes la correcta actitud que deben desarrollar tanto dentro como fuera del dojo.
- Intentar perfeccionar el carácter
- Ser correcto, leal y puntual
- Tratar de superarse
- Respetar a los demás
- Abstenerse de procederes violentos